La varicela es una afección muy común en los niños, la mayoría de ellos suelen contraerla y se recuperan de forma completa y favorablemente.
Sin embargo, esta afección puede llegar a ser grave en ciertos grupos de riesgo como en las embarazadas, los bebés o en personas con un sistema inmunitario debilitado.
Hoy en día contamos con un calendario vacunal efectivo en el que se incluye la vacuna contra esta enfermedad. La primera dosis la recibimos entre los 12 y 15 meses de edad y la segunda entre los 6 y los 4 años de edad.
Esta enfermedad es una infección viral realmente contagiosa producida por el virus varicela zoster. A pesar de ser frecuente en la infancia y remitir sin complicaciones, existe una variante propia de la edad adulta: el herpes zoster. En este tipo de varicela el virus se reactiva y se vuelve mucho más seria y complicada.
Los primeros síntomas comienzan entre los 10 y 21 días posteriores a la infección, es por ello que debemos estar alerta cuando presenten: fiebre, dolor de cabeza, cansancio y falta de apetito que serán unos de los primeros síntomas de esta afección. Lo más característico es, sin embargo, la aparición de manchas rojizas y planas. Estas manchas aparecen por todo el cuerpo, sobre todo en el cuero cabelludo y a lo largo y ancho del tronco.
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