Normalmente (aunque puede deberse a otras causas), esta afección conocida como Síndrome de Down se debe a la existencia de una copia extra del cromosoma 21, es decir, hay 3 cromosomas cuando debería haber 2.
Esta enfermedad se conoce también como Trisomía del 21 y este cromosoma extra es el causante de los diferentes problemas y dificultades que se producen en el cuerpo y mente del niño o adulto que la padezca.
Seguro que más de una vez hemos visto a algún niño con Síndrome de Down, estos niños tienen ciertas características físicas observables a simple vista como por ejemplo un rostro muy plano fuera de lo habitual o los ojos rasgados.
Estos niños tienen muchos problemas de aprendizaje lo que repercute en la dificultad de cuidar de si mismos y de hablar y relacionarse con la gente que les rodea.
A pesar de las numerosas dificultades con las que se encuentran día a día existen numerosos centros de estudios a los que pueden acudir como cualquier otra persona y desarrollar sus capacidades, hacer amistades, conocer gente y sobre todo disfrutar de la vida olvidando la enfermedad que padecen.
Es fundamental que se les preste ayuda desde el comienzo de la enfermedad ya que será mucho más fácil llevar vidas saludables, felices e independientes. Si el niño ha sido estimulado de forma adecuada será capaz de jugar solo y será capaz de divertirse con ello. Sus hermanos, amigos y familia deben reforzar lazos e impulsar su desarrollo psicosocial.
Los juegos están hechos para adaptarse, quizás no pueda jugar a ciertos juegos que juegan otros niños pero sí que podemos adaptar esos juegos a las capacidades del niño que padezca Síndrome de Down. La integración social es fundamental para facilitarles su desarrollo a nivel físico, social y laboral.
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