La vitamina K tiene un papel fundamental en el proceso de hemostasia.
La hemostasia engloba una serie de reacciones que tienen como objetivo impedir o minimizar la pérdida de sangre en los vasos sanguíneos cuando se produce una lesión o ruptura de los mismos.
Aunque este proceso está subdividido en varias etapas, la vitamina K interviene en la denominada hemostasia secundaria o tiempo plasmático o de coagulación. Esta hemostasia secundaria está comprendida por una serie de reacciones en cascada consistentes en procesos de activación secuencial de un conjunto de factores que se encuentran inactivos en el plasma.
La gran mayoría de estos factores de coagulación se sintetizan a nivel del coágulo mediante procesos en los que interviene la vitamina K.
Las fuentes alimentarias de vitamina K son verduras de hoja verde o tales como coliflor y repollo, también en vísceras (hígado), los huevos o el pescado. La vitamina K también es sintetizada por bacterias a nivel intestinal.
El déficit de vitamina K está íntimamente relacionado con la enfermedad hemorrágica del recién nacido *.
Esta es debida tanto a unos niveles disminuidos de vitamina K en plasma como a la ausencia de flora intestinal en los primeros días de vida. Como ya se ha indicado, la vitamina K interviene en la síntesis de importantes factores de coagulación, entre los que se encuentra la protrombina, el factor V, el factor VII, el factor IX y el factor X.
Esta enfermedad puede presentarse en los primeros del recién nacido con sangrados de diversas magnitudes, pero también puede prolongarse en determinados casos en los que el niño sea alimentado únicamente con leche materna o incluso con alimentos pobres en vitamina K.
Entre las manifestaciones clínicas se encuentran:
- Melenas: sangrado digestivo caracterizado por la presencia de sangre en las heces.
- Sangrado rectal.
- Hematemesis: sangrado digestivo caracterizado por la expulsión de sangre a través del vómito.
- Equímosis: proceso similar a un hematoma, pero con una acumulación de sangre en el tejido subcutáneo sin que se presente un daño de la piel.
- Petequias: pequeñas lesiones producidas por la extravasación de sangre de un capilar.
- Hemorragias viscerales.
- Sangrado del cordón umbilical.
Sin embargo, la manifestación clínica por excelencia y que supone un mayor riesgo de muerte o de secuelas irreversibles y de importante gravedad es el sangrado intracraneal.
(*) Nota: la hemofilia y el déficit de vitamina K no guardan relación.
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