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miércoles, 26 de octubre de 2016

Intolerancia a la lactosa

A continuación, en la entrada de hoy se seguirá con la dinámica de las alergias e intolerancias alimentarias. 
En esta entrada se abordará la intolerancia a la lactosa, pero cabe destacar que la intolerancia y la alergia a productos lácteos son casos distintos.

En el caso de la intolerancia, consiste en una deficiencia enzimática de la lactasa que se sintetiza en el intestino delgado y que se encarga de la degradación del disacárido presente en los productos lácteos, denominado lactosa.

En el caso de la alergia, consiste en una reacción inmunológica desencadenada por la presencia de la proteína de la leche (caseína) en nuestro organismo.

La leche es el alimento de sustento para las etapas de crecimiento y una fuente importante de calcio, aunque también de fósforo, magnesio y zinc; cabe destacar que es rico en proteínas de alta calidad como es la caseína. Sin embargo, lo que interesa de este alimento es que como hidrato de carbono presenta lactosa.
Esta es la causante de la intolerancia a la leche y a los productos derivados de la misma.

La lactosa, como ya se ha citado, es un hidrato de carbono, en concreto, se trata de un disacárido sintetizado a partir de glucosa y galactosa. Este disacárido está presente en casi todo tipo de leche, así como también en sus derivados.
En el organismo, la enzima encargada de la degradación de este disacárido es la lactasa, que es sintetizada a nivel del intestino delgado.
Esta enzima es sintetizada en cantidades menores a las requeridas cuando se presenta una intolerancia a la lactosa. Por lo tanto, el disacárido pasará sin digerir al intestino delgado donde las bacterias intestinales tratarán de degradarlo a otras substancias, las cuales desencadenarán los síntomas característicos: náuseas, dolor abdominal, hinchazón y distensión abdominal, defecación explosiva, flatulencia....

Existen varios tipos de intolerancia a la lactosa:
  • Primaria genética:
Consiste en un descenso progresivo de la síntesis del enzima. La causa es genética y se trata de una intolerancia incurable.

  • Secundaria:
Consiste en un descenso en la síntesis del enzima secundario a un daño intestinal que puede revertirse y por lo tanto también se recuperará la capacidad de degradación de la lactosa debido a una nueva y correcta síntesis de lactasa.

  • Congética: 
Causada por un defecto genético y precisa de una dieta con ausencia absoluta de lactosa.




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