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martes, 25 de octubre de 2016

Alergia a los ácaros.

En esta entrada se tratará el caso de la alergia a los ácaros.

Los ácaros son artrópodos, pero si se profundiza en la clasificación se ha de hablar de arácnidos. Estos que se encuentran diseminados formando parte los constituyentes alérgicos del polvo, aunque también pueden estar presentes en otras superficies, tales como colchones, almohadas, alfombras o cortinas, entre otras.
Aparentemente podría cuestionarse la posibilidad de que sea la presencia del microorganismo la que desencadena la reacción alérgica, por el contrario esto no es así.



Cabe señalar que los ácaros se alimentan de las escamas dérmicas desprendidas, por lo tanto son microorganismos dermatófagos y lo que desencadena la reacción alérgica son sus heces o los restos de sus cadáveres que son inhalados a través de la vía aérea. La presencia de estos elementos suelen desencadenar de forma frecuente los siguientes síntomas en las personas alérgicas a los mismos:

  • Rinitis: proceso inflamatorio del tapiz mucoso nasal.
  • Conjuntivitis: proceso inflamatorio de la conjuntiva ocular.
  • Estornudos: proceso ocasionado por la irritación de las mucosas nasales y que se caracteriza por la expulsión súbita y ruidosa de aire de los pulmones.
  • Asociación con asma.
  • Congestión nasal: proceso obstrutivo de las vías aéreas altas.
  • Goteo nasal: proceso que consiste en la emisión involuntaria de moco, debido a una producción excesiva del mismo.
  • Tos: proceso que consiste en la expulsión súbita y ruidosa de aire a través de la boca que tiene como objetivo la eliminación de substancias extrañas de los pulmones o de las vías aéreas.
Para la eliminación de las plagas de ácaros y para la prevención de las consecuencias alérgicas que desencadenan sus deshechos será primordial la conservación de una higiene adecuada del domicilio. Para ello está indicado el uso de insecticidas que se fijan al exoesqueleto de estos artrópodos (no insectos) y que bloquean el mecanismo mecánico presente en las piezas bucales de estos arácnidos.

Además de la actuación directa sobre los microorganismos, también será importante evitar su desarrollo en las superficies susceptibles.

En cuanto al control de las reacciones alérgicas ante dichos alérgenos podrán utilizarse fármacos para paliar los síntomas, antihistamínicos ( bloquean las acciones de la histamina: substancia vasoactiva que desencadena procesos inflamatorios ) e inmunoterapia alergénica.


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