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domingo, 23 de octubre de 2016

¡Somos lo que comemos!

Alimentarse de forma adecuada es fundamental para gozar una buena salud tanto física como mental. 
Durante la infancia se producen ciertos cambios a nivel de crecimiento y desarrollo del niño. Para que estos cambios se puedan llevar a cabo, la nutrición durante esta etapa debe ser adecuada. 
En caso de no ser así, los daños que la desnutrición provoca en esta etapa de la vida pueden ser realmente serios. Hablamos tanto de alteraciones metabólicas y estructurales irreversibles o incluso la muerte.

El hecho de que la dieta cuente con una serie de carencias en el niño repercute en la vulnerabilidad de este a enfermedades como pueden ser una infección de orina o una gripe. Si estamos bien nutridos tendremos un sistema inmune bien nutrido y estas enfermedades no repercuten demasiado en nuestra salud, sin embargo, si se producen en un niño que se encuentra mal nutrido podrían suponer incluso la muerte.

Cuando hacemos educación sanitaria como profesionales enfermeros, debemos concienciar a los padres sobre el tipo de alimentación que debería recibir su futuro hijo o hija para que crezca sano y fuerte, como por ejemplo empezando por acostumbrarles a desayunar e incluirles en este una pieza de fruta y un lácteo. Si nuestro hijo es "mal comedor" como se suele decir de forma coloquial, es fundamental que los platos sean coloridos, atractivos y apetecibles, ya que así será más fácil que se alimente de forma adecuada porque comerá todo lo que necesite a pesar de que en un principio no le guste lo que va a comer.

Recordad siempre: ¡si comemos bien hoy, nuestro cuerpo nos los agradecerá mañana!







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