Seguro que más de una vez nos hemos quemado por el sol, nosotros los adultos solemos quemarnos por intentar lucir un bonito bronceado mientras que los niños se queman mientras juegan durante horas y horas en la playa.
Queremos concienciaros a vosotros, padres y futuros padres de lo importante que es protegerse contra la radiación solar, las consecuencias de no protegerse adecuadamente contra ella y daros algunos consejos y recomendaciones.
Atent@, ¡sigue leyendo que tenemos que dar ejemplo!
Las quemaduras solares son una de las lesiones más frecuentes, sobre todo en los niños que tienen la piel poco pigmentada y los lactantes y constituyen por lo tanto el grupo de mayor riesgo.
Estas quemaduras son causadas debido a la radiación ultravioleta (UV) procedente del sol. Cuando los niños están expuestos de forma excesiva a esta radiación aparecen alteraciones en su epidermis que causan inflamación.
La primavera y el verano son las estaciones donde más quemaduras se producen y el 90% se producen en presencia de padres, tutores o cuidadores.
Podemos prevenir esta situación tomando una serie de fáciles y sencillas precauciones.
Los primeros síntomas aparecen tras haber estado expuestos durante 2 o 4 horas a la exposición solar:
- Enrojecimiento de la piel
- Dolor en la zona de la quemadura
- Molestias al mover la zona
- Ligero hinchazón
Los síntomas se van haciendo más intensos cuando han pasado ya 24 horas tras la exposición, si las quemaduras son graves aparecerán ampollas.
¿Cómo tratarlas?
El tratamiento lo que hará será calmar los síntomas de la quemadura y restaurar el aspecto de la piel.
Es fundamental mantener a nuestro hijo hidratado para prevenir así la deshidratación. Si tiene mucho dolor podemos administrarle analgésicos y si la inflamación de la piel es bastante exagerada el pediatra podrá recetarle hidrocortisona. No dudemos en acudir a nuestro médico en caso de duda o de creerlo necesario y conveniente.
¡Aplícate crema solar a ti y a los tuyos, dos minutos de tu tiempo evitarán quemaduras futuras!
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