Como ya se ha indicado en entradas anteriores, los procesos cancerosos son poco comunes en niños, sin embargo cabe destacar que entre los pocos casos se encuentran los linfomas, de los cuales va a tratar esta entrada.
Los linfomas son un tipo de enfermedad hematológica, es decir, son procesos patológicos que afectan a la sangre. En este caso, es el sistema linfático el que se ve afectado.
El sistema linfático está constituido por vasos y ganglios linfáticos, por interior de los cuales circula la linfa. La función que desempeña el sistema linfático es principalmente inmunológica, de modo que trata de mantener los líquidos corporales en un perfecto equilibrio cuando se padece un determinado proceso infeccioso.
La linfa es un líquido compuesto por leucocitos, en concreto por linfocitos, que circula por el interior de vasos y ganglios linfáticos y cuya función es, además de protectora, de intercambio nutritivo entre sangre y determinados tejidos.
Los vasos linfáticos forman parte de una compleja red encargada de ocupar el espacio en el intersticio celular y de transportar materiales de desecho así como también células pertenecientes al sistema inmune.
Los ganglios linfáticos están constituidos por nódulos de vasos linfáticos que se apelotonan. Su función se basa en filtrar la linfa. Hay presentes acumulaciones de ganglios linfáticos en cuello, axila, pecho, abdomen o ingle.
También cabe señalar que determinadas estructuras como el bazo, el timo o la médula ósea forman parte del sistema linfático.
Por lo tanto, si el sistema linfático o el conjunto de ganglios se encarga de servir de filtro para tratar de impedir la propagación de infecciones en el organismo, también se encargará de combatir células tales como las cancerosas y cabe señalar que el cáncer tanto puede originarse en ganglios linfáticos (linfoma) como ser propagado a través de los mismos desde agrupaciones tumorales presentes en cualquier otra parte del cuerpo (metástasis).
Cuando el desarrollo incontrolado de células cancerosas se origina en ganglios linfáticos es lo que denomina como linfoma, por lo tanto las células afectadas por este desarrollo incontrolado serán los linfocitos.
Los linfomas se originan debido a que existe un sobreesfuerzo en combatir células cancerosas en estos ganglios linfáticos por parte del sistema linfático.
Existen varios tipos de linfomas, entre los que se encuentran los Hodgkin y los no Hodgkin.
El linfoma no Hodgkin es el más común en niños y puede presentarse bajo estos síntomas: afectaciones respiratorias (tos, sibilancias), procesos inflamatorios en zonas de ganglios linfáticos, fiebre o incluso masas indoloras en genitales masculinos.
No hay causas concretas establecidas para estos tipos de tumores, pero puede estar asociado a causas genéticas y mutaciones en el ADN. Como factores de riesgo, además de los típicos (edad, sexo, localización geográfica...) se incluye el debilitamiento del sistema inmune.
En cuanto al tratamiento, al igual que otros tipos de cáncer se encuentra la radioterapia y la quimioterapia. También la cirugía juega un papel importante si se habla de impedir la propagación de las células tumorales al resto de zonas linfáticas sin afectar.
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