¡Muy buenas tardes a tod@s! Hoy leyendo el periódico hemos encontrado diferentes artículos sobre cómo la fisioterapia respiratoria puede ayudar a nuestros pequeños a evitar coger uno de esos terribles catarros que tanta lata nos producen tanto a ellos como a nosotros. ¿Qué tal te suena? Interesante, ¿verdad? ¡Sigue leyendo!
Ha llegado el otoño y con el todos esos bichitos a los que llamamos virus... ¡les encanta el frío!
La síntomatología del catarro suele durar apenas unos 4 días: tos, escalofríos... sin embargo, hay algo que suele persistir durante más tiempo en la mayoría de los casos: los mocos.
Cuando los niños saben como sonarse la nariz el problema disminuye pero... ¿los bebés? Cuando un bebé coge un catarro los mocos pueden traer montones de problemas, llegando a perder a veces hasta el apetito.
Jarabes y más jarabes... esto es lo que solemos darle a nuestros pequeños para tratarlo pero, ¿y si utilizamos la fisioterapia? Con fisioterapia no solo aliviaremos los síntomas, sino que haremos prevención de ellos.
Este tipo de fisioterapia respiratoria se puede realizar tanto por los padres como por los fisioterapeutas cuando la enfermedad se ha instaurado. Los bebés y los niños pequeños tienen muchas dificultades para expectorar y por lo tanto toda esa mucosidad termina acumulándose en la nariz y en la garganta, terminando en los pulmones.
Cuando ha llegado a los pulmones el bebé no sabe evacuarlos y lo único que hace es toser. El bebé estará congestionado y no querrá comer, con las consecuencias que esto le traerá. Con este tipo de fisioterapia lo que se pretende es ayudar a que el bebé evacúe este tipo de secreciones y hacer así que los pulmones estén libres y se produzca un correcto intercambio de oxígeno, diciéndole así adiós a la congestión nasal.
Gracias a la fisioterapia respiratoria el bebé respirará mejor, comerá mejor y descansará mejor. Infórmate, ponte en contacto con tu fisioterapeuta más cercano y pregúntale sobre ello, ¡el invierno llega para quedarse!
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